Por José Gandour @zonagirante Fotos archivo Rubio.
Sí, otro disco de Rubio que reseñaremos. Otra vez hablaremos del trabajo musical de Fran Straube, la artista chilena más nombrada (y admirada) en nuestra página. Pero no es hora de disculparse ni mucho menos, ya que su labor sigue siendo impecable, aún lanzando una presentación en vivo, que es donde muchos y muchas de sus colegas muestran sus fallas o el registro que se pierde por detalles de improvisación. La explosión de los pájaros, un compilado de diez grabaciones en concierto, es un álbum de sonido espléndido que muestra a fondo cada una de las texturas que componen las canciones de Straube, sabiendo, además, resaltar su brillantez vocal frente a la audiencia. Una vez más se confirma que Rubio es de lo mejor que podemos encontrar en experimentación pop electrónica desde hace un buen rato en el continente.
Este disco puede ser calificado como el cierre de una etapa, ya que es presentado en el momento en que Rubio traslada su sede de residencia desde Santiago a Ciudad de México, desde donde su música pretende crecer en el mercado latino, y, por qué no decirlo, mundial. Un salto a la cúspide, esperemos, ya que, como lo podemos comprobar nuevamente en esta publicación, en materia artística, no tiene nada que envidiarle a las grandes estrellas de la escena planetaria. Vamos a ser claros: Si Staube hubiera nacido en Londres, Reikiavik, Dublín o en cualquier otra ciudad europea, la prensa y los expertos en en el tema hubieran comparado su talento y su obra con el trabajo de nombres tan estelares como Everything but the girl, Tricky o, y no es una locura decirlo, Bjork. Nuestra timidez latina equivocadamente nos pide ser prudentes y bajar la cabeza a la hora de la equiparación, con el único argumento de la ubicación geográfica. Error.
La explosión de los pájaros tiene constantes instantes de bello salvajismo digital y estallidos emocionales que impactan sobre un público que no deja de celebrar el evento con profunda conmoción. La mezcla es detallista en la exhibición de la librería de tramas que contiene cada tonada y la manipulación de cada momento, creando misterio, curiosidad, calor de cuerpo y movimiento sin freno hasta apoderarse del silencio. ¿Los mejores momentos? Cuando suenan canciones como Hasta el fondo, Las plantas y Coral. Eso sí, en los 55 minutos de duración no se pierde la tensión y la magia no decae nunca.
A la espera de novedades desde su nuevo hogar, este disco ayuda a los aficionados de Rubio a aliviar la espera, sabiendo que las sorpresas no dejaran de llegar.
