Por José Gandour @gandour Fotos archivo Vale Acevedo

Es evidente, ella es bella. Es más, bellísima. Esa es una verdad innegable. Por ello se entiende que tenga más de ciento setenta mil seguidores en Instagram. Igual, en el ambiente musical eso no asegura nada. Aquí, a estas alturas del juego, se venden hoy por hoy pocos afiches y más bien el público, tanto femenino como masculino, exige buenas canciones, reclama tonadas para tararear emocionadamente mientras sus artistas favoritas presentan con sus propias artes sus mejores interpretaciones. Ya no sólo sirve sentirse encandilado con los ojos más preciosos del hemisferio. Más bien, ahora dejemos caer los párpados y, sin mirar a nadie, escuchemos un disco necesario para combatir los contradictorios tiempos que vivimos, un álbum de pop/rock/blues/folk y hasta una pizca de hip hop llamado Buenas noches terrícolas, perteneciente a la argentina Vale Acevedo.

Durante media hora, podemos comprobar que Buenas noches terrícolas es un compilado de tonadas de sabor ecléctico, composiciones de variadas temperaturas y construcciones, siempre sostenidas con melodías consistentes y letras hechas con buen humor. Luces azules, segundo corte del álbum, quizás uno de los mejores momentos de la grabación, es un blues que logra combinar de manera efectiva fortaleza y delicadeza y es una prueba fehaciente de la fuerza vocal de la artista. A continuación, Maniquí es un tema juguetón de aire pop que imagina un figurín de vitrina que desea tomar vida para asentarse con la humanidad. Un poco más es una canción con cierto condimento punk que no rechaza la ternura en su esencia. Luego hay más diversión al sonar La canción de las hormigas voladores, casi tres minutos de jolgorio preciso para atardecer playero. Las dos tonadas más populares (al menos en el momento que se escribe esta nota, según revelan las cifras) son Como vos, una bonita declaración de amor, y Muzza, una especie de «folk/rap», curiosamente el único corte con con advertencia oficial de letras explícitas, que contiene todos los elementos para ser celebrado como un hit radial para reventar en todas las emisoras valientes que existen en el continente. 

 

Este es un disco cargado de buena energía, que en ningún momento pierde su astucia y su atracción estética. Es un álbum para levantar cualquier desánimo sin acudir a fórmulas facilistas o abusadoras respuestas de diseño mercantil.  Buenas noches terrícolas es un trabajo que que supera ampliamente las expectativas y que merece ser escuchado de principio a fin, que, a distintas velocidades, consentirá el corazón de cualquiera. Ahora si, vuelva a abrir los ojos y busque si quiere todos los videos en línea que tiene la Acevedo. Ella, además de ser una gran guitarrista y tener una voz seductora, tiene un modo propio de impactarnos con su presencia que se agradece con toda el alma.