Por José Gandour @gandour

Volvemos a la sana costumbre de revolotear por la plataforma musical Bandcamp, dispuestos a escuchar sorpresas del ambiente musical latinoamericano y siempre hallamos material que nos satisface. Esta vez nos fuimos al sur occidente colombiano, a las costas del océano Pacífico y nos encontramos con una sana propuesta de renovación de lo que genéricamente llaman «música urbana» (una etiqueta que, en sí, no significa mayor cosa, pero aglutina las diferentes vertientes sonoras surgidas de la gran expansión del hip hop por el mundo, especialmente en nuestro continente). En Tumaco, ciudad de un poco más de doscientas cincuenta mil personas, cuya población es mayoritariamente afrodescendiente e indígena, muy cerca de la frontera con Ecuador, vive Verito Asprilla, quien, con apenas 18 años de edad, pretende (y esperemos que logre) darle un nuevo aire a los ritmos bailables más populares del momento. 

Lo suyo, expuesto en su primer Ep, llamado Mundo Lila, es una combinación especial de trap, dancehall y reggaetón, a lo cual se suma la riqueza ancestral de la manifestación musical de su región. Para el autor de esta nota, que confiesa desesperarse con las tonadas comerciales que suenan habitualmente en las pistas de baile de los locales más tropicales, hay un ingrediente particular que Asprilla imprime a sus grabaciones que logra marcar la diferencia: Lo que hace ella se nota natural, auténtico, divertido, variado, usando con respeto y, al mismo tiempo, valentía, las sonoridades tradicionales que la rodean.

Todas las canciones, publicadas bajo el sello Discos Pacífico, han sido compuestas e interpretadas por ZooMusic, JPMusic, Melvi la Matraka, Verito Asprilla y Yazon tu Favorito. Esta producción estuvo a cargo de Yazon tu Favorito, Cerrero e Iván Benavides y fue masterizada por Frank Merritt en Carvery Studio, en e Reino Unido. Desde su primer corte, Pa´ que bailen, Asprilla lanza una invitación implícita y seductora para mover el cuerpo, para celebrar la vida, y, por supuesto, para darse cuenta que lo «urbano» (regresamos a esta palabra) tiene posibilidades de romper con los esquemas y adquirir una cadencia mucho más fresca, más inspiradora, más interesante. Esperemos que sí siga su, por el momento, prometedora carrera.

 

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