sidestepperPor José Gandour @gandour

Muchísimo del nuevo sonido fusión desarrollado en Colombia en los últimos 20 años se le debe a un inglés: Richard Blair. Este personaje, procedente de la ciudad de Birmingham, llegó a estos lares después de estar vinculado al sello discográfico Real World, de propiedad del señor Peter Gabriel. De esa época recordamos sus colaboraciones con Carlos Vives, Totó La Momposina, y uno que otro rockero que seguramente quería sonar lo más británico posible en sus canciones. Pero lo de Blair y su proyecto Sidestepper era la fusión, y todo comenzó con su amalgama de salsa y drum & bass en sus trabajos Southern Star y Logozo. Luego fue metiéndose con la cumbia y llamó la atención de los comentaristas musicales y la audiencia con More Grip, 3AM: In Beats We Trust, Continental (quizás el más comercial de su discografía) y Buena Vibra Sound System. Lo suyo fue, al lado de muy destacados músicos locales, la integración cada vez más profunda con el sonido caribeño colombiano. De sus grabaciones y sus ideas de mezcla se alimentó la gran mayoría de los artistas contemporáneos más destacados del país y seguramente de la tergiversación de sus acciones musicales salieron ideas tan horribles como las que produjo ese infame movimiento llamado «Tropipop». Pero eso no es culpa de Blair, ni mucho menos.

Por todos estos antecedentes, llama la atención el riesgo sonoro que se toma Sidestepper y que nos anuncia con Supernatural Soul, el adelanto de su nuevo álbum, Supernatural Love. Como vemos en el video, la grabación de este tema fue en vivo, con pocos pero efectivos elementos electrónicos y más bien radicando la fuerza del tema en un espíritu que parece tomado del Soul de los años sesenta. La guitarra parece extraída de viejas composiciones Soca y la percusión caribeña sirve de fiel acompañamiento a una intención vocal que irradia melancolía durante toda la canción. La fusión, en esta ocasión, se volvió adulta, menos explosiva, menos intensa y quizás más íntima en sus resultados. Mientras las propuestas de mestizaje musical que suenan minuto tras minuto en el mercado quieren volar la pista de baile, a Sidestepper se le siente reposando a un lado de la playa mirando las olas doblar.

Quizás esta transición sonora haya abierto de nuevo las puertas de Blair y su combo en Real World, y vuelva al seno del buen imperio de Peter Gabriel. El nuevo álbum de Sidestepper, por lo que podemos intuir por el momento, se libera de presiones absurdas de los charts y busca el oyente de mayor conciencia y de oído más abierto. Ojalá eso les traiga el mejor de los resultados.