Por José Gandour @gandour
Alguna vez escuché una frase que decía que la diferencia que existia entre todos los díscos de los Ramones, es que en unos lo de siempre lo hacían bien y en otros no tanto. Eso pasa mucho con el rock de hoy: No hay mucha innovación. Nadie está reinventando la rueda, ya que está ahí, pero si hay quienes respetan y desarrollan el modelo como ya está estipulado y logran impresionarnos, aún produciendo lo que otros ya originaron con anterioridad.
La banda bonaerense Ruster presenta su sencillo Lobo y lo primero que se nota es que hubo un esfuerzo impresionante por pulir su sonido hasta el punto de resultar aplastante y atractivo a la vez. Hay un cuidado supremo por cuidar las distorsiones de las guitarras, haciendo que se sientan como cuchillas sobre nuestras cabezas, sin que pierdan claridad en su desarrollo. Éstas dan espacio suficiente a la expansión de la voz carrasposa de Nacho Acosta, que cubre bien su papel de contagiar al oyente de la emoción sonora. Lobo suena áspero, adictivo y contundente. Estoy seguro que algunos se quejaran de no sentir muchas diferencias entre lo que hace este quinteto frente a lo realizado por bandas como Buckcherry u otros referentes del hard rock anglosajón. Otros dirán que hay una infortunada desactualización en su quehacer. Lo que digo igual es que se nota que los miembros de Ruster hacen la música que han querido hacer y, además, han sabido respetar las reglas y darle su propio toque. La gente pide rock´n´roll de buena calidad y Ruster sabe cómo dárselo.
Todos saben que Argentina es territorio próspero para el rock desde hace muchos años, y, lo podemos decir así, tiene escuela suficiente para las nuevas generaciones. Aquí disfrutamos de un buen ejemplo de ello. Ruster, comprendiendo su corto tiempo de existencia, está en el buen abecé del género y tiene la materia prima para evolucionar y sorprendernos en el futuro.