Por equipo de Zonagirante.com @zonagirante
Rubio – La Especie
Casi todos los seres humanos han tenido demasiadas razones para reflexionar sobre lo que nos rodea, el planeta en el que vivimos, durante estos tiempos agitados. Por momentos, nos hemos llenado de dudas, de incertidumbre y desespero. Algunos han acudido a buscar soluciones en viejas enseñanzas y culturas ancestrales. Otros (y otras) han encontrado su alivio en su lugar siempre, en el arte. Aquí tenemos el nuevo trabajo de Fran Straube, quien ha elevado su proyecto Rubio a espacios de increíble expansión y presencia global. Fran, a través de imágenes de intenso contenido, muestra su desacuerdo con la dirección que han tomado los asuntos sociales y políticos y protesta (a su manera) exhibiendo en este extenso clip (dura un poco más de seis minutos) el momento de desilusión y luego, tras un cambio brusco, encuentra su refugio en ceremonias tradicionales donde halla salvación. Como dijimos al principio, cada uno en su proceso. Eso si, la música de Rubio no ha parado nunca en su intención de ser bailable, lo cual nos hace repetir lo dicho ya por otra gente más inteligente que nosotros: La revolución tiene que ser bailable: Si no, no es revolución.
Tenchio – Projector
Nos gusta lo que hace este joven uruguayo, de producto totalmente autogestionado, y responsable de todas las piezas audiovisuales que exhibe. Nos agrada su tozudez y su necesidad de expresar a su íntimo modo lo que quiere decir. En esta ocasión lo encontramos en un solitario estadio de fútbol, con la única compañía, frente al lente, de su guitarra Fender Stratocaster. No hay nada más, aparte de la soledad que se siente en la cancha. Pero el movimiento desordenado de la cámara y, luego, la edición, atenta y pegada al ritmo de la grabación, la colorimetría y los garabatos elegidos para acompañar el maravilloso caos, nos permiten, como resultado final, visualizar un clip fantástico, perfecto para promocionar el buen y original sonido de este interesante personaje, uno de los nuevos músicos del momento que pretende darle una nueva vida a una vieja institución como es el rock.
Los Rabanes – Si me pierdo en Nueva York
Y terminamos la nota con fiesta tropical, con una de las bandas más legendarias de fusión rockera caribeña: Procedentes de Panamá, aquí tienen el nuevo trabajo de Los Rabanes. Esta agrupación tiene un mensaje clarísimo: A ellos no les pidan sofisticación, ni grandes teorías músicales para salvar al mundo. Lo de ellos es hacer reír y gozar a su público, de la manera más directa y honesta que se pueda. Por eso, con veintinueve años de historia en la espalda, siguen dando palo por donde se presenten, porque lo suyo es ser una afinada y brillante máquina de diversión, que, a lo largo de su existencia, ha obtenido el respeto y la reverencia de algunos de los más brillantes artistas del continente. Este no es la más depurada pieza cinematográfica, pero logra poner a cualquiera contento y eso, señores, se llama cumplir con su función en la vida.