Por José Gandour @gandour
Hacer buen pop electrónico no es una labor fácil. Claro, más de uno sospechará que hay fórmulas que han sido repetidas toda una eternidad y en la cual muchos oyentes perezosos caen y lo consumen como el veneno favorito del momento. Hacer buen pop electrónico hoy, en medio de tanta basura comercial, requiere ese elemento que atraiga la atención de los que buscan verdadera buena música y una estética visual que acompañe y seduzca. Habrá quien insista en que ya hay modelos predeterminados y que es simplemente seguir las instrucciones de los viejos libros. La respuesta a ese comprensible cinismo sería decir que ya hay demasiados porfiados que siguen las pautas del catálogo de normas y que la gente se aburre de tanta uniformidad. Hay que sacudir el tablero y proponer una ruta nueva.
Lo que hace el dúo chileno Plugin, conformado por Rodrigo Aboitiz (quien, en su biografía incluye el haber sido fundador de la legendaria banda La Ley) e Ignacio Redard (compositor, letrista y vocalista), no rompe todos los esquemas conocidos de la música comercial, pero lo que produce logra ser convincente. Han comprendido que no pueden caer en trampas adolescentes para llamar la atención y su planteamiento contiene buen gusto en su elaboración. A dos años de la publicación de su segundo y último álbum, Cambiando, se animan a presentar nuevo material y lanzan su sencillo Cómo, como adelanto de lo que será su tercera producción en estudio. La canción revienta los parlantes con la buena selección de sonidos de percusión y la sensación que imprime la melodía es contagiosa en su ansiedad y en su necesidad de celebración.
El video que presenta el sencillo tiene detalles fascinantes. Narra bien un tridente argumental donde los protagonistas, ante lo agobiante de lo cotidiano, encuentran la salvación en pegar la canción a sus oídos y bailar sin importar lo que pase. Roberto Doveris, el director, sabe relacionar la historia con los músicos y los ubica como perfectos narradores de lo que acontece. El planteamiento es inteligente y atrae al espectador hasta el final.
Si otra vez se asoma el quejumbroso que siempre encuentra argumentos para criticar este tipo de propuestas, podemos decirle que la historia, como tal, ha sido contada miles de veces y muchos de esos relatos han fallado en su construcción. En este caso Plugin la logró con elegancia. Eso hay que reconocerlo.