Por José Gandour @zonagirante
Por qué empezamos a ilustrar con IA
Este es un medio independiente que lleva más de 25 años dando vueltas por la web. Hemos pasado por muchas etapas: fuimos revista digital semanal con portada editorial tipo Raygun —sí, esa misma, la que desordenaba los textos con furia tipográfica— y luego nos convertimos en un proyecto de un solo hombre: el que redacta, edita, diseña, ilustra, responde correos, promueve, archiva y sobrevive.
Hubo épocas con diseñadores web que le daban vuelo al arte gráfico, y otras donde simplemente adaptábamos imágenes recicladas de otros tiempos. En Rock al Parque o coberturas puntuales contamos con fotógrafos a quienes pagábamos con transporte, comida y algo más valioso que el dinero: difusión, respeto, visibilidad. Pero siempre el asunto visual estuvo al filo del abismo: o lo hacíamos con pasión, o mejor no lo hacíamos.
La memoria visual como materia prima
El cambio de verdad llegó con la pandemia. Entre el encierro, la diabetes que me visitó sin invitación, y la necesidad de seguir creando, empecé a explorar nuevas herramientas. En ese proceso llegaron las imágenes generadas por IA: Leonardo, Midjourney, Photoshop con IA. Al comienzo me molestaban profundamente: me proponían resultados que parecían salidos de catálogos de stock, de tarjetas Hallmark, de fantasías estéticas preadolescentes. Pero sabía que eso era solo la superficie. Lo importante era aprender a pelear con esas herramientas, a corromperlas, a usarlas a mi modo. A trabajar con ellas como si fueran colaboradores con mucho que aprender.
¿Y qué hice? Activé todo mi archivo mental. Las películas que me marcaron (Blade Runner, Sexo, mentiras y videos, Baby Alabama), los videoclips noventeros dirigidos por Romanek, Jonze o Bayer, las revistas que coleccioné por años, desde Wired hasta Vogue, desde Life hasta Número. Mi memoria visual se convirtió en combustible. Mi criterio editorial se volvió brújula. Mi mal humor ante la mediocridad estética se volvió filtro.
Nunca estudié diseño, ni fui buen fotógrafo, ni pasé por una facultad de bellas artes. Lo mío fueron las Ciencias Políticas. Pero eso nunca me impidió imaginar, ni tener una visión clara de lo que quiero mostrar. A veces, lo único que me falta es tiempo.
Ahora llegan personas que no me conocen —algunos con buenas intenciones, otros con una superioridad moral absurda— a decir que no debería usar inteligencia artificial para ilustrar mis notas. Que es una falta de respeto. Que le quito trabajo a alguien. Que degrado el arte.
No jodan.
Críticas, prejuicios y respuestas
Nadie sabe el trabajo que hay detrás de cada imagen publicada en Zonagirante: lo que descarto, lo que retoco, lo que edito durante horas. Lo que pienso antes de hacer clic. Si supieran, me pedirían que me tome unas vacaciones, no que deje de trabajar.
No uso IA para evitar trabajar. La uso para poder seguir trabajando. Para seguir publicando con dignidad. Para crear imágenes que sostienen lo que escribo, que no piden permiso, que provocan, que no se ven como cualquier portada de playlist genérica.
Estoy en el momento más creativo de mi vida, y eso no me lo quita nadie. Afortunadamente, hay personas que entienden lo que hago desde el principio. No se detienen en prejuicios ni en frases hechas, ni se asustan con herramientas nuevas.
Y si no te gusta, no hay problema. Puedes irte a leer otra cosa. Pero si quieres debatir, que sea en serio. Con respeto. Con argumentos. Sin slogans flojos.
Porque acá no se está jugando a ser artista: acá se está creando todos los días con lo que se tiene. Y lo que se tiene ahora, gracias a la IA, es más que nunca.
Principios de Zonagirante para el uso de inteligencia artificial en el arte gráfico
1. Rechazamos la creación de imágenes que suplan la realidad de forma malintencionada.
Nuestro compromiso es evitar que alguien confunda ficción con noticia, sátira con evidencia. Podemos burlarnos, criticar y jugar con los símbolos, pero no mentiremos.
2. La herramienta no es la autora: lo somos nosotros.
Aquí no se trata de “apretar un botón”. Cada imagen publicada pasa por filtros de criterio, edición, reescritura, collage y rediseño. La IA es un recurso más dentro de un proceso profundamente humano.
3. El mal gusto automático será combatido con obsesión artesanal.
No reproducimos clichés visuales ni aceptamos la estética «de stock» que la IA suele ofrecer por defecto. Nuestro trabajo es desobedecer los prompts fáciles y escarbar en lo raro, lo incómodo y lo expresivo.
4. No reemplazamos artistas: reemplazamos carencias.
Trabajamos con lo que tenemos. No contamos con presupuesto para pagar ilustradores, fotógrafos o diseñadores cada semana. Si lo tuviéramos, colaboraríamos felices. Mientras tanto, hacemos todo lo posible para que nuestras piezas tengan alma, aunque las herramientas no la tengan.
5. No pedimos permiso para explorar.
No creemos en la nostalgia técnica ni en el purismo creativo. La IA es parte del presente, como lo fueron antes el Photoshop, el sampleo, el collage o los sintetizadores. Si sirve para contar mejor nuestras historias, la usaremos.
6. Nos importa más el impacto que la ortodoxia.
No nos interesa ser parte de una escuela. Queremos que nuestras imágenes hablen, molesten, griten si hace falta. Si a alguien le incomoda que estén hechas con IA, tal vez es porque funcionan.
7. Nuestro arte está al servicio de las ideas.
Toda imagen publicada en Zonagirante acompaña una idea, una nota, una playlist, una historia. No es decoración: es editorial. Y como tal, tiene opinión.