Por equipo de Zonagirante.com @zonagirante

Vuelven las sorpresivas, extrañas, maravillosas, exquisitas y fascinantes novedades encontradas en la más independiente de las plataformas digitales: Bandcamp. Tenemos material procedente de Costa Rica, México, Argentina y Chile. Arranquemos:

El IndomableDelirio místico

¿A qué suena esta joya oculta, publicada en los últimos días de enero de este año? Antes que nada, primer dato para que se hagan una idea aproximada, antes de hacer click en la tecla de play: Oscar Herrera, responsable total de este maravilloso caos, es, de oficio, diseñador sonoro de películas y audiovisuales. Ahora imaginen que son las tantas de la madrugada y se ha llevado a cabo un inesperado crimen de imposibles repercusiones sonoras. Se han tomado una emisora en algún lugar de Costa Rica, y, para alegría de los desvelados oyentes, comienzan a sonar tonadas de cumbia, boleros y otros géneros latinos, que cuentan historias bizarras que cobran aún más vida propia con las intervenciones auditivas, narraciones y poemas inesperados y giros de vinilos que combinan nostalgia y vista al futuro. ¿Es un álbum? Hay siete cortes que lo confirman. ¿Alguien irresponsable podría confundir todo esto con un podcast de esos que salen por ahi? Quizás. ¿Está hecho para bailar? Definitivamente. ¿Está grabado para hundirse en el sofá con los audífonos a todo volumen y, mientras suena toda esta chifladura, creer que la alegría puede tener otra piel, más irreverente? Sospechamos que si. De lo mejor que hemos podido oír en lo que va del año. 

Bad KatalinaManual para monstruos

Parece que, después de muchos embates durante los últimos años, hay buenos restos del pop punk que supo brillar en otras épocas. Una banda de la Ciudad de México, de presentación gráfica colorida, ha seguido por esta línea y lo que hace suena muy bien. Este es un disco de seis canciones de impoluta producción que, si todo fuera justo en el mercado discográfico (y sabemos que no lo es, pero crucemos dedos), recibiría la inmediata atención de los expertos e inversionistas, ya que lo que presentan en este compilado es sólido, con textos interesantes, melodías inteligentes que se pegan en la memoria de manera inmediata, y una instrumentación potente. ¿Temás para destacar? Asesino Cereal (debería ser un hit de cualquier radio rockera del continente), Club de los muertos (una fascinante combinación de guitarras acústicas y armonías vocales) y Radio Waves (el más agresivo de los temas, con un deseo claro de estallar las ondas hertzianas de cualquier parte del mundo). A algunos les podrá sonar este EP demasiado adolescente, pero, la verdad, es que el resultado es impecable. 

Alter AtlasEl peso del mundo

Ahora vamos a un rincón más extremo, más oscuro. Ahora presentamos un EP de cuatro canciones que viene de la ciudad de Bahía Blanca, en la provincia de Buenos Aires. Nos asomamos por el lado hardcore de la vida y escuchamos una producción que no da descanso en su audición. Desde el primer segundo el sónido es caústico, guitarrero, afilado. Textos en pie de lucha, listos para ser atentidos por la tribu cautiva y (ojalá) un poco más allá.  Merece ser atentido en cualquier parte de neustro hemisferio. ¿Lo mejor? El tercer corte, No volver, que, adivinamos, puede ser un himno a la desesperanza. Parte de su letra dice así:

Sigo pensando asi tal cual
como ves
la verdad
no puedo recordar
como fue empezar
entiendo que no puedo ser
siempre así
nada más
sabiendo que está mal
conocer la verdad
solo por lo que cuentan

Cómo será
desde afuera?
sinceramente pienso
en no volver

 

EstribaIndicios

Y para finalizar, nos vamos a Santiago de Chile, para escuchar lo que los mismos autores llaman «dark folk». Poniéndonos técnicos, lo que hace este este cuarteto es una especie de shoegaze (otra etiqueta fascinante creada por los periodistas de hace tres décadas) con voz rabiosa femenina y guitarras insistentes llenas de diversos efectos. No pida con clamor una afinación vocal perfecta. Está claro que la cantante no se puede presentar a un concurso televisivo, tipo La Voz o Factor X, pero, la verdad, lo suyo es mil veces más honesto y creíble que lo que cuenta cualquier aspirante al top 40. Aquí van dos canciones intensas, poco amables y con ganas de reventar las paredes, algo que parece necesario en estos días.