Por José Gandour @zonagirante

Pa´ mi cultura lucharé contra la frontera

Cada vez que tengo la oportunidad de señalar por mi cuenta lo que veo en el presente y posible futuro de la música, en América Latina y en el resto del mundo, recuerdo la conversación que tuve con un amigo argentino que me decía  que «lo más interesante del momento lo están haciendo las mujeres y las disidencias sexuales». Y aunque el mainstream todavía no lo reconoce como debería ser (y por tanto la audiencia todavía no lo asimila en la forma deseada), por suerte todos los días tenemos ejemplos maravillosos que confirman nuestra aseveración. Y quizás la explicación a dicho factor es que, después de todo este tiempo de escuchar solamente la parte masculina de la industria cultural (salvo excepciones notables que otro día nombraremos), está claro que las que más tienen que exclamar y exponer su punto de vista de la realidad, para completar todo el espectro, son ellas (y ellxs). Y sé que, en este punto, puede molestar que yo afirme que todo esto es Política, y lo justifico diciendo que toda reacción a lo que algunos llaman el Establecimiento, tiene un discurso político, nos guste o no. Desde siempre los sectores dominantes (oh, amigo, esto se puso demasiado revolucionario) han proclamado la unidimensionalidad del discurso, del gusto, del sexo, de las prioridades, de las razas, de los poderes, del sentimiento. Y ahora asusta un montón que todo este esquema se esté desmororando.

Volvemos con esta cantaleta, a partir del lanzamiento de Malegría, el nuevo disco de la mexicana/americana residente en la ciudad de Los Ángeles Fabi Reyna, y su proyecto musical Reyna Tropical. Al frente tenemos un álbum de veinte cortes, entre canciones, diálogos, monólogos y samplers, que reflejan, a su manera, lo que la misma artista llama «el sonido de la diáspora tropical». Este compilado reúne sonidos inspirados en el folclor del Congo, Colombia, Perú y México, más el uso de samplers y controladores digitales y la suma de la excelsa interepretación guitarrística de esta mujer. En sus textos habla, en español e inglés, sobre temas que incluyen el amor queer, la sensualidad femenina y el poder transformador de las relaciones intencionales con la tierra. La misma artista advierte que este disco destaca narrativas a menudo marginadas «y les ofrece una patria sonora».

Formada en 2016, Reyna Tropical comenzó como un intercambio orgánico y pausado entre Reyna y Nectali “Sumohair” Diaz, quienes se conocieron durante una serie de talleres para músicos emergentes. La banda se formó cuando ella estaba inmersa de tiempo completo en She Shreds, la primera revista del mundo dedicada a mujeres y guitarristas no binarios, con profundo interés en laborar en una liberación creativa y un regreso a sus raíces musicales. En 2018 lanzaron su autotitulado EP, el cual fue alabado por medios especializados, atrayendo una audiencia en crecimiento. Fueron invitados como teloneros en la gira de Bomba Estéreo por Estados Unidos y participaron en grandes festivales, incluido SXSW. Luego lanzaron en 2019 otro EP, Sol y Lluvia, creado y grabado durante una estancia prolongada en Colombia. La muerte de Diaz, en 2022,  hace que el proyecto sea desarrollado exclusivamente por Reyna. 

Malegría, estrenado en su totalidad hace unas pocas semanas, es un álbum que, en medio de sus momentos de parsimonia, invita al baile, a la pasión, y, de paso, a reconocer texturas folclóricas de este lado del planeta en un formato que se exhibe como global y contemporáneo. No puede caer en la categoría de «world music» tal como se entiende en medios comerciales: Esto es la recuperación de las urdimbres tradicionales y la suma de elementos modernos, para que todo en conjunto sea oído sin prevención, y con espíritu abierto, por un público variado y amplio. ¿Los mejores momentos? Lo primero que se me viene es Conexión Ancestral, una especie de trip tropical, que invita al íntimo balanceo corporal y cuya letra casi que puede ser un resumen de lo dicho a lo largo de la grabación:

Ahí mirando el mar
Me pierdo
Comunicando con agua
Entendiendo
Regresaré
Reconectándome
Pa mi cultura lucharé contra la frontera

Otros instantes memorables son Cartagena (un precioso calipso que puede servir para crear por nuestra cuenta una particular playa de descanso mental), Lo siento (otra pieza de sabor tropical que incorpora una brillante ejecución de cuerdas)  y Huitzilin (un perfecto remate, combinación de nostalgia y  hierbas sutiles al lado de la playa, con una combinación vocal muy particular).

Este álbum es fresco, conmovedor y, definitivamente renovador. Evita los clichés y rejuvenece las enseñanzas heredadas del pasado. Reyna Tropícal tiene mucho que decir y lo dice, con la ternura de un buen reclamo, y con la fuerza de una nueva ola que ocupa el espacio que le corresponde. Una producción que no se pueden perder. 

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