Por José Gandour @zonagirante

Al Pop (si, con inicio mayúsculo) hay que tenerle respeto, hay que hacerlo con cariño, queriendo al oyente, sabiendo que cada miembro de la audiencia tiene corazón, tiene sentimientos y que descomplejizar toda la maraña de pensamientos que tenemos día a día a través de canciones que saben resumir lo que queremos decir es un maravilloso arte que hay que proteger y admirar.  Por todo eso es que me gusta lo que hace el artista argentino Chino Mansutti, quien acaba de lanzar su quinto disco, llamado Para bien.

¿A qué suena este álbum? Es una suma de tonadas que tienen en su construcción influencias beatlescas, pizcas de funk, mucho soul, y lo que algunos podrán llamar «ese indiscutible sonido argentino», ese que ya tiene sesenta años de historia y que Mansutti sabe honrar, y, al mismo tiempo, apropiarse para transformarlo a su propio modo. En instantes donde muchos creen que hay que cargarse de testosterona y gritos destempados para hacerse valer, lo que escuchamos de este músico, radicado en la ciudad de Santa Fe, tiene una sensibilidad valiosamente femenina, solidaria, acogedora.

 

Todo comienza con la canción que da título al disco, una composición de características sesenteras, que inicia con piano y voz, y que poco a poco adquiere carácter orquestal, llenando todo el espectro sonoro, como lo podrían hacer en su momento John, Paul, Ringo y George (los 4 de Liverpool supieron marcar el camino, eso es innegable). Luego se puede escuchar una conmovedora balada llamada Tres, hecha principalmente con guitarra acústica y teclados, donde se confirma el tópico principal, el que va a rondar durante la media hora de duración de todo este disco: Una defensa a ultranza del derecho a la ternura. Y a estas alturas de la vida, para mi (y ojalá que para muchos) esta es una posición muy valiente, de la cual muchos reniegan sin pudor.

Uno de mis momentos favorito es cuando suena el cover de Vos, escrita por Lisandro Aristimuño, quizás el punto anímico más alto de todo el álbum, el más «rockero», con un juego de voces emocionante, donde no se pierde por un segundo la alegría de la interpretación, siendo una excitante declaración de amor que puede ser entendida en cualquier parte del planeta.

Quiero besar tu mirada
Antes que cierres los ojos
Quiero besarte dormida
Y despertarme en tu boca.

Mansutti sabe, a su modo, hacer propio este discurso y lo sabe hacer crecer. 

El álbum cierra con Mi forma, una pieza melancólica, que sabe arroparnos, como final de día en compañía de los nuestros, Un merecido descanso después de tocarnos el pecho y comprender que es mejor acudir al beso antes que a cualquier otra arma. Necesitamos más música así, más vida para celebrar lo que sentimos. 

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