Por José Gandour @zonagirante

¿Cuántas veces en el transcurso de nuestras vidas nos van a prometer el fin del mundo? ¿Cuántos titulares de los medios nos han anunciado que queda poco para que el planeta explote, se pudra entre sus heces, o nos terminemos de calentar, sintiendo el infierno en la piel, o, al contrario, el congelamiento de nuestras venas? ¿Cuántos días en nuestro encierro de pandemia deseamos ver la caída de un arma nuclear sobre nuestros techos? ¿Cuántos estamos mirando con desespero los diarios mientras vemos las noticias de Ucrania, Gaza, Punjab, Corea del Norte o Ecuador? ¿Han visto la tremenda cantidad de aspirantes a profetas y mesías que nos prometen radicalmente días mejores en tiempos contemporáneos si asumen el poder en su país? Esos, los mismos que hablan de ciudadanos de bien que necesitan eliminar la maldad de la Tierra. Las fuerzas del cielo, dicen algunos. 

Pero no todo es malo. El asunto del apocalipsis trae sus cosas buenas. Nos da la posibilidad de reírnos de las sensaciones macabras que trae el propio tema. Nos ha puesto a ver buenas películas, como Terminator, Matrix (La primera de la saga, no exageremos), 12 monos, Buscando un amigo para el fin del mundo (una de mis favoritas, con una gran banda sonora), etcétera. También nos ha puesto a jugar con hipótesis filosóficas y con loterías mentales, recreando lo que podrían ser nuestras últimas horas en el planeta, para, al final, si hay alcohol en la conversación, tener el permiso legítimo de argumentar cualquier idiotez y carcajearse de ello. El tema no nos debería estresar, cuando suceda lo que tenga que suceder, no tendremos mucho qué hacer (lo hemos escuchado en boca de Schwarzenegger, Cruise y hasta la mismísima Greta Thunberg, quien anda perdida por estos días).

El fin del mundo también nos ha permitido escuchar música divertida, fiestera, nostalgica y explosiva hecha en las últimas décadas en América Latina. Hoy, haciendo mención al año que comienza, hemos armado una playlist con 24 canciones de punk, cumbia, pop, rock, folk y otras texturas sonoras, que, por momentos, acudieron al humor, en otras al desespero y algunas a la resignación para describir el sentimiento de los autores frente a la catástrofe (incluimos a la mismísima Gloria Trevi, joder). Pueden escuchar este listado cuántas veces sea necesario. Igual, por el momento les podemos prometer que tienen tiempo mientras Kim_Jong-un se engolosina con sus misiles, Trump llega de nuevo al poder o Milei se inventa un botón rojo libertario para hacer estallar a la humanidad.